Actualmente los autos diésel son una buena alternativa para quienes
realizan diariamente varios kilómetros, el alto costo de los combustibles hacen
que disminuir el uso de las naftas sea para tener en cuenta un gasolero.
El consumo de este tipo de motores con turbocompresores
es realmente bajo. Por ejemplo, el Citroën C4 Lounge HDi 1.6 consume apenas 7 litros cada 100 km en
ciudad, mientras que su par naftero consume 12.6 litros cada 100 km en el mismo
contexto.
La gran autonomía que
caracteriza a los autos diésel modernos y más aún si tienen un tanque
medianamente grande, caso como el Volkswagen Vento (55 litro) o Citroën C4
Lounge (60 litros) se pueden encarar viajes largos sin necesidad de parar a
reponer combustible.
Atrás quedó el complejo de que por ser un gasolero, el auto carecería de
reacción. Esto en parte, responde a que estos motores con turbo compresor
entregan la mayoría de su torque en muy bajas revoluciones. Por ejemplo, en el
caso del VW Vento el auto puede viajar a 130 km/h a solo 2.400 vueltas. Esto
lógicamente repercute en su escaso consumo, el cual a ese régimen es de solo
7,3 litros cada 100 km.
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